No quiero sonar exagerada, aunque lo parezca, porque
estoy segura que a algunas otras chichas les ha pasado lo mismo: sé en qué
momento me embaracé sin ser planeado. ¿Cómo puede ser esto posible? Como me
dijeron “no te hagas, que bien que ya no
te cuidabas –con algún anticonceptivo-“, esto es verdad. Pero en realidad no
vengo a contar aquí mi vida íntima sexual, sino el cómo uno puede darse cuenta, y no exagero al decir
que casi de forma inmediata, que uno está embarazada. Lo que aquí te digo, lo
afirmo porque yo lo sentí, lo viví y lo creo.
Recuerdo claramente que le dije a mi pareja “estoy
embarazada” como a la semana de que fuera así. Él, como es común, me preguntó
“cuánto tienes de atraso” pero ¿cuál atraso?, si aún era lejana la fecha de mi
menstruación, aunque algo dentro de mí, y sé que no era producto de mi
retorcida mente, me dijo que era verdad. Es como si algo externo, no interno,
me anunciara dicha espera. Creo que esto es lo que se conoce como una
“revelación” que es cuando uno sabe algo de alguna extraña forma, se tiene la
certeza, pero no las pruebas de que así es, pero tenemos la total y absoluta
certeza, ¿te ha pasado?
Así pasaron los días, yo sabiendo que estaba
embarazada, y recuerdo perfectamente bien que el día 1 de diciembre de 2010,
fecha de mi posible periodo (soy muy exacta) no hubo indicio, no dolor de
busto, ni de cintura –muy común en mi- así que le dije a mi novio y me hizo la
misma pregunta, yo dije que tenía un día de atraso, él me sugirió esperar un
tiempo más para estar seguros.
Ahora pienso que él creía que estaba loca, y tal vez
sí, pero créanme que nunca me había pasado que tenía, y sentía, esta total
seguridad. Decidimos ir directamente con
el ginecólogo, el 16 de diciembre, y después de hacer una exploración física y
una prueba rápida de embarazo (la foto que muestro es la real, jejejeje, siii
la guardé con todo y chis, pero ya está seca), mis sospechas se confirmaron: “Sr.,
pues sí, Ruth está embarazada” dijo el Dr., yo sólo escuché una risita a mi lado de
nervios y alegría a la vez.
¿Qué sentí? Obviamente la noticia no llegó como una sorpresa,
porque al saberlo ya mi mente estaba como anestesiada, no pensaba en ello.
Ahora pienso que estaba desensibilizada, no es que no deseara tenerlo, claro
que sí quería, pero no sé por qué hacía tiempo que yo creí que no tendría hijos, y honestamente
era algo que no me preocupada, y aunque había tenido algunas platicas al
respecto con diversas personas, mi opinión era la misma: “si me toca que bien,
pero si no, pues no y no puedo amargarme por ello”, porque yo creo que la
plenitud en la vida de una mujer no debe ser un hijo, porque en el momento en
que no se tiene, entonces se es infeliz, incompleto, atormentado. Comprendo que
hace algunos años esto sí fuera así, que las mujeres eran educadas para ello, y
quienes no tenían más de seis hijos eran tachadas de “inservibles”. Afortunadamente
yo no fui educada de esta forma, cosa que agradezco infinitamente, porque es
algo que te trastorna si no lo logras. Ahora ya es una elección y no una
imposición.
Así que mi Ale, que en ese momento no sabía que era
niño, no fue planeado y ¡qué bueno que fuera así! porque de otra forma tal vez,
como soy, me hubiera obsesionado por que fuera en cierto momento (que cuando
esté preparada física, emocional y económicamente) y así, en pocas palabras, la
vida me sorprendió. Además de que al hacerme una evaluación en ese momento, me
di cuenta que no tenía motivo para negarlo, tenía lo necesario para amarlo y
cuidarlo, así que dije: bienvenido. ¿Cómo se enteraron mis familiares? Esa es
otra entrada muy linda de contar. Gracias por leerme.
Con todo mi cariño y amor
Ruth